Mariana Pineda: Los títeres de cachiporra

“ROSITA. ¡Ay, ay! ¡Digo!, dispone de mí y de mi mano, y no tengo más remedio que aguantarme porque lo manda la ley. (Llora.) También la ley podía haberse estado en su casa. ¡Si al menos pudiera vender mi alma al diablo! (Gritando.) ¡Diablo, sal, diablo, sal! Que yo no quiero casarme con Cristobita” ~ Los títeres de cachiporra de Federico García Lorca.

¿Os acordáis de los títeres que veíamos de pequeñas? ¿Aquellos que se montaban en las fiestas y los niños gritábamos cuando aparecía el malo y aplaudíamos cuando el bueno venía con su cachiporra? Pues esta pequeña obra de teatro de Lorca es un títere pero lejos del lobo y más cerca de la vida de aquella época.

La trama narra la historia de Rosita, una joven de 16 años a quien su padre compromete con Cristóbal, un viejo rico, para así poder afrontar sus deudas. Pero Rosita está enamorada de Cocoliche, tan pobre como ella pero dotado con el mismo “duende”. La obra está ambientada en Sevilla entre flamenco, guitarras y canciones.

Se lee de un tirón porque es breve y te arranca alguna carcajada porque los personajes son exagerados con todos sus sentimientos, buenos y malos. O te bajan la luna o te dan un cachiporrazo.