La Navidad que creí en las estrellas fugaces

La navidad que creí en las estrellas fugaces es, como podéis imaginar, una pequeña historia ambientada en esta época y que, por tanto, presenta las señas características —y empalague— propio de este tipo de relatos aunque, en esta ocasión, su joven protagonista carece de espíritu navideño.
El libro nos traslada a una preciosa localidad de la República Checa donde, todos los años, se celebra un afamado concurso de dulces. Nicole participa por primera vez sin imaginar que uno de los miembros del jurado es su exmejor amigo de la infancia, con el que no se habla desde que terminaron el instituto.
Tras la muerte de su adorada abuela, Nicole se hace cargo de la pastelería que esta regentaba y se centra en el trabajo, deseando que las Fiestas acaben lo antes posible. No le gusta nada la navidad porque su madre siempre está demasiado ocupada para celebrarla con ella y, la de este año, será especialmente solitaria ya que la pasará sola en compañía de su fiel perro, Oreo. Sin embargo, el reencuentro con Ben quizá trastoque sus planes.
Roma García nos presenta a unos personajes bien perfilados y contrapuestos que tienen mucho que contarse y descubrirnos. Y, con este relato típicamente navideño, nos deja un buen sabor de boca.