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Conocí a Félix García Hernán hace casi un año, cuando fue finalista al Premio de Novela Cartagena Negra con “Pastores del mal”. Era el único de los finalistas que no había leído, así que decidí ponerle remedio y… ¡fue amor a primera lectura! El nivel de enganche fue tal que leí sus tres novelas en menos de un mes. Como comprenderéis, la espera se ha hecho un pelín larga, pero “Delfines de plata” ya está aquí y, al igual que sus predecesoras, es un thriller absorbente y altamente adictivo, que ha cumplido con creces mis expectativas. Un céntrico hotel madrileño se convierte en objetivo de un grupo yihadista nigeriano para llevar a cabo un acto terrorista. La intuición del Comisario Gallardo le dice que algo se está cociendo en la sombra, por lo que su instinto le llevará a montar un operativo en el propio hotel con la intención de frustrar los planes de los terroristas. La acción se sitúa en el Hotel Atheneum, un hotel de lujo en pleno centro de Madrid, junto al Congreso de los Diputados (a los que conozcáis Madrid os resultarán familiares muchos de los escenarios de la novela). El autor aprovecha toda su experiencia en el sector hotelero para mostrar al lector el día a día de un establecimiento de estas características, y todo aquello que se esconde en la trastienda y que habitualmente no vemos, y que hace que la experiencia para el huésped sea de cinco estrellas. Si por algo se caracterizan sus obras es por contar con un estilo directo y sin artificios. La trama tiene la misma importancia que aquellos que la protagonizan, contando con un reparto de personajes muy diverso, estando todos ellos bien caracterizados. Gallardo es un personaje muy potente, y lo es porque se trata de un hombre normal que cualquiera de nosotros podría encontrar por la calle. Es esta normalidad y esa falta de “adornos” los que, en mi opinión, hacen que el lector conecte tanto con él ya que, al sentir que él mismo podría ser el protagonista de la historia, hacen que se implique en esta mucho más. Entre los secundarios destaca Amelia, la gobernanta del hotel, una mujer a la que le ha costado dejar de vivir encerrada en sí misma y que, una vez empieza a hacerlo, ve amenazado todo aquello que siempre quiso. Sufrirás con ellos, celebrarás con ellos, sentirás rabia…lo que es seguro que es no te dejarán indiferente. En las historias de Félix no se trata de descubrir al culpable. Héroes y villanos están claramente definidos desde el principio. Conocemos a los culpables y sus planes, o al menos los intuimos, desde las primeras páginas. Es esa lucha entre buenos y malos, y descubrir quiénes saldrán victoriosos de ese encuentro, lo que hace que resulten tremendamente adictivas, porque todos queremos ver a los buenos triunfar pero, al igual que en la vida real, los finales no son siempre felices. Si algo me gusta de sus historias es que evolucionan de manera natural, no forzando las cosas, y si algo malo tiene que pasar, pasará, por mucho que duela. Un ritmo ágil y un estilo muy visual (por algo acaba de ser adaptada a la gran pantalla) nos llevan hasta un desenlace de infarto, de esos que te dejan sin uñas. Esa sensación de urgencia, de cuenta atrás a la que se enfrentan Gallardo y su equipo, se traslada 100% al lector, con una tensión creciente a lo largo de la novela que termina estallando en un final apoteósico. Tocando temas como el terrorismo, la inmigración, la diversidad cultural, las adicciones o los prejuicios que aún siguen existiendo en la sociedad, García Hernán vuelve a regalarnos una gran historia que vuelve a confirmarle como un autor imprescindible para los amantes de la novela negra de calidad. |
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