Una historia de amor a fuego lento con su pequeña parte de intriga que a mí me ha sorprendido. La forma de interactuar de los protagonistas por la tensión que hay entre ellos y la paz que envuelve la localidad ha sido lo que más me ha gustado. Bravelands es una preciosidad y dan ganas de irse a vivir al refugio cerca del lago. El último cuarto del libro, en cambio, no me ha acabado del todo, la resolución del conflicto me ha dejado un sabor de boca algo agridulce. Una novela corta, sencilla y tierna en la que la ambientación es un personaje más. |