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A la orilla del cielo nos muestra una historia fresca, sincera e inocente al tratar sobre dos jóvenes opuestos que buscan salir adelante en un mundo que no llegan a comprender del todo, debido los obstáculos que la vida les pone como prueba. Vanessa, es una joven extrovertida que mira el mundo a través de las estrellas. Durante toda su infancia creció escuchando las historias fascinantes que su padre le contaba sobre ellas. No obstante, lo que inicio como como una actividad que compartían juntos, se vio interrumpida cuando luego de unos años, él decidió dejar a su familia. Al principio ella no logra comprender el porqué de su partida, tal vez lo más sensato fuera que terminara odiando aquello que su figura paterna le dejo, sin embargo, ese no es el caso. El universo la sigue llamando, por tal motivo es que termina amando las estrellas tanto como su padre. Tal vez se trate de un momento rebeldía que termina por llevarle la contraria a su madre, quién no esta muy feliz por las decisiones que esta tomando, ya que ella intuye que esa pasión tan grande que siente por estudiar las estrellas, es aquella que quizá puede terminar por romperle todos sus sueños e ilusiones. Por otro lado, tenemos a Zack. Es el protagonista al que le llueven todos los problemas del mundo (muy al estilo de Jake Hardin en Just my luck). Hasta me atrevería a decir que quizá en un momento de nuestras vidas, todos llegamos a tener un momento muy a lo Zack. Para llegar empatizar con este chico, tenemos que conocer su pasado. Luego de que su padre falleciera en un accidente de trabajo, su madre entró en una depresión bastante complicada que le impide seguir adelante, por ello que su hermano mayor tomará la decisión de dejar la universidad para cuidar de él y sus hermanos pequeños para que tuvieran el futuro profesional que èl tuvo que abandonar . Sin embargo, como el corazón de Zack es enorme. Decide trabajar al 200% para apoyarlo en todo lo que pueda. Aunque eso signifique que por su tan ocupada agenda, genere diversas situaciones que lo colocan frente a las demás personas como un augurio de mala suerte. Cierto día, Vanessa se topa con este chico a cuya mala suerte lo acompaña, se ve atraída por él y juntos comenzarán a conocerse y descubrir cosas que quizá les ayuden a redirigir sus vidas. Personalmente siento que ha sido una novela muy sencilla, fácil de disfrutar pero que al mismo tiempo no termino por convencerme del todo. Los personajes tienen estilos de vida opuestos, mientras Zack vive al día, Vanessa es una chica que desde pequeña lo ha tenido todo. Y aunque eso no debería suponer un problema para entablar relaciones con las personas, aquí lo hay. Sobre todo porque creo que la joven es un tanto ajena a lo que sucede a su alrededor, por lo que no termina por empatizar con el protagonista masculino y lo que está viviendo. Si bien, es una historia que maneja el desarrollo personal, el drama lo supera por mucho, dejando de lado un tema que me parece mucho más importante por desarrollar, como lo es la relación que tiene Zack con su familia. Él es un personaje resignado, que lleva la carga sobre sus hombros. No le importa ser rechazado por sus compañeros, tiene más trabajos de medio tiempo de lo que puede soportar y ahora que ha llegado esta chica tan brillante, positiva y que luce tan diferente de sí, pone su mundo de cabeza. La tragedia y las emociones que nublan su mente, es el factor que más se interpone en la felicidad de estos dos y en la motivación que necesitan ambos para seguir adelante. Nada está dado por sentado, es una novela con giros inesperados que incluso en ocasiones llega a parecer un tanto absurdo, pero que al final de cuentas dejando de lado esos pequeños detalles, puede ser una lectura agradable. Así que si buscan una lectura juvenil, con toques de dramas, pizcas de romance y superación personal. Este libro es el indicado para ustedes. |
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