A la orilla del cielo

Cuando vi este libro entre las próximas novedades de Puck me dieron ganas de leerlo porque se veía como un típico romance juvenil que sirve para desconectar. Y en cierto modo sí es el típico romance juvenil, pero también es varias cosas más.

Orilly es un pueblo costero, su principal actividad es la extracción de petróleo. En esas plataformas Zach perdió a su padre hace cuatro años y desde entonces su vida es un desastre, su hermano regresó de la universidad para poder mantener a flote a su familia y Zach debe trabajar para ayudar a sobrevivir el día a día. Por el otro lado tenemos a Vanessa, la chica nueva en la escuela, compitiendo por ser la mejor de la clase y vive en la zona privilegiada de Orilly, pero no todo es perfecto en su vida, su padre la dejó hace años y su sombra la sigue persiguiendo, incluso cuando se trata de perseguir sus sueños. A pesar de que sus mundos no pueden ser más diferentes, sus caminos se cruzan y algo surge en ese primer encuentro, ¿será suficiente la atracción que sienten para dejar de lado las evidentes diferencias sociales que están en su contra?

¿Es la clásica premisa de un romance juvenil? Es la clásica premisa de un romance juvenil: dos jóvenes que son polos opuestos se gustan y pareciera que las circunstancias sociales están en su contra. Creo que no hay más que comentar respecto a la trama, un romance entre dos jóvenes, así de simple y así de complicado porque están en su último año de preparatoria, tienen la presión de las universidades, tienen sus propias batallas internas y, aunque ambos están seguros que nada los podrá sorprender, son golpeados por el amor.

Claramente es un libro que apuesta por los personajes y hay muchísimo que comentar de ellos.
Zach, el chico pobre. Zach viene de una familia acomodada que hace cuatro años perdió a su padre y a partir de ese momento su vida comenzó a tornarse más dura. A cada segundo se pregunta por qué su padre fue reclamado por el mar y dejó una familia necesitada en todos los sentidos, además su madre vive sumida en una depresión que le imposibilita hacer cualquier cosa y, por más que parezca que nada en su vida puede ser peor, tiene una nube negra que lo sigue, es un imán de mala suerte. Todo un caso este muchacho y tengo que admitir que era la única razón por la que seguía leyendo, se ganó mi cariño desde los primeros capítulos porque sentí LÁSTIMA por él, su única aspiración es el conseguir más horas extras para poder ganar más dinero, no se interesa por sí mismo, ni su futuro, solo está enfocado en sobrevivir. Y es horrible que de esa manera se convirtiera en un personaje entrañable, no porque pudieras conectar con él, sino porque le tienes lástima y en serio me siento mal por él, cada uno de sus capítulos era angustiante de leer. No sé, pero a mí me parece que el autor le tenía odio a este pobre muchacho. Y dolió. Mucho.
Vanessa, la chica nueva. Se acaba de mudar a la casa del novio de su mamá, viven en la parte rica del pueblo, compite por ser la primera en su clase y su única preocupación es entrar a la universidad de sus sueños. Seré sincero, es un personaje que no disfruté en lo más mínimo porque entra en el clásico estereotipo de niña rica superficial que vive en una burbuja donde la mayor tragedia que le puede pasar es que sus papás se divorcien. Y justo eso es lo que le pasó, su padre abandonó a su madre hace no sé cuántos años y es un hecho que la atormenta todos los días, el pensar que su padre quizás nunca la quiso de verdad. ¿Estoy exagerando al detestarla? Vanessa raya en lo absurdo y me dio mucho cringe que para ella el que su papá VIVO la dejara fuera equivalente a que el papá de Zach muriera en un accidente en medio del mar (Dios mío, lo recuerdo y me muero del coraje por pensar que es tan estúpida). Definitivamente de los peores personajes jamás escritos, no pude conectar con ella en lo más mínimo ni mucho menos sentir empatía por las cosas que le pasaban, simplemente quería que se alejar de Zach, regresara su bendito padre, se mudara de ciudad y dejaran de existir sus capítulos.

Quedó muy claro que nuestros protagonistas no pueden ser más diferentes, pero ¿por qué el romance tiene que ser un tema a tratar?, ¿qué les impide a estos muchachos enamorarse? En realidad no lo sé, hay varios argumentos que podrían tomarse como válidos en esta historia, pero que me parecen absurdos: tenemos el hecho de que la historia se ambienta en 2012 y (la verdad no estoy muy seguro cómo era el mundo hace casi diez años) este pueblo estaba lleno de prejuicios y el que a un chico parezca perseguirlo la desgracia no es buen augurio, por lo que nadie es amigo de Zach y cuando Vanessa pone el ojo en él su mejor amiga le "advierte" que no es alguien a quien quiera acercársele. Y, sin embargo, lo hace, se acerca a él y comienzan el tira y afloja típico de los jóvenes. Por el lado de Zach sabe que lo último que necesita en su vida es una chica que venga a complicarle las cosas, de por sí su vida ya es difícil como está, pero en el corazón no se puede mandar y termina cediendo. Son polos opuestos en todo: la rica y el pobre, ella llena de ambiciones y él falto de visión a futuro, ella risas y felicidad y él angustia y nerviosismo; pero funcionan, y sus interacciones como pareja, o mejor dicho intento de, dan ternura porque cuando están juntos nada de lo anterior existe. Y aún así no me lo creí, se sentía falso, como un invento del gobierno para distraernos de una conspiración mayor que solo busca lastimarnos y que, en cierta medida, consigue hacerlo porque las tragedias no han terminado.

Dejo al final lo que más me quemó mientras leí: el drama innecesario. No me malinterpreten, amo el drama, pero hasta para mí hay límites y esta historia los sobrepasa de manera abisma. Sucede tragedia tras tragedia, iniciando con que la familia de Zach viva casi en la ruina y que es un imán de mala suerte. Para empezar, ¿por qué un chico tiene que atraer la mala suerte? Literal todo lo que podía salirle mal a Zach lo hacía. Es como si Zach encontrara 5 dls y decidiera comprarse una hamburguesa porque no ha comido en todo el día, pero esa hamburguesa le da gastroenteritis y termina tan deshidratado que es necesario llevarlo al hospital para que reciba atención y su familia adquiere una deuda que no puede pagar. ¿Me explico? Lo peor es que, aunque lo anterior no sucede, eso sería algo leve, un hecho hasta divertido, algo a lo que estarían acostumbrados porque la desgracia los persigue y cada acontecimiento en sus vidas es peor al anterior (recordemos que ya se murió su papá, así que imaginen lo que viene). Se sentía que el autor odiaba a Zach o no alcanzó a procesar lo que significa amor con drama adolescente (pudiste haber hecho que a su bici se le ponchara una llanta y ya, no era necesario tanta maldad).

De la mano de las tragedias viene el mayor problema que tengo con el libro, se romantizan las situaciones adversas. El hermano de Zach abandonó la universidad para trabajar y mantener a su familia, y la meta de Zach es hacer lo mismo, no ir a la universidad para darles un futuro "digno" a sus hermanas menores. Considera esto como lo que hay que hacer porque la familia es primero y el bienestar propio no importa, solo el de los demás y se nos vende como una acción la cual aplaudir. Y al menos a mí no me pareció correcto que se quisiera transmitir como una elección correcta la actitud derrotista y conformista DE UN ADOLESCENTE y no se le diera ese ímpetu de superación para con las condiciones que le tocaron vivir.

En resumen, A la orilla del cielo, es un libro que solo logró causarme ansiedad, desde sus personajes que me dan lástima (Zach) y cringe (Vanessa), hasta la historia que tiene mucho drama innecesario porque es tragedia tras tragedia. Además, nunca pude conectar con el romance y detesté la forma en la que se romantizan las condiciones adversas. Es un libro que sirve para descansar entre lecturas más pesadas por lo rápido que se lee y la poca profundidad que tiene.
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¡Qué libro TAN BONITO! de verdad me ha encantado. Hablamos de una historia de romance juvenil, seguramente llena de clichés, pero tan bien contada, con dos personajes tan bien definidos con todo su contexto detrás, y con un trasfondo tan bonito que la he disfrutado y por momentos la he sufrido.

Dos protagonistas, Vanessa y Zach, alternando capítulos contados en primera persona por cada uno de ellos, cada uno con una historia y una vida detrás, uno dentro de una familia pobre, con mucho drama detrás, una chica con una vida aparentemente más fácil. Ambos con una familia y unos amigos también super bien descritos. Y dónde la relación entre ambos no se hace para nada empalagosa, todo lo contrario.

Siempre he defendido el amor adolescente como el más puro. Sigo defendiéndolo, y siempre he intentado amar como un adolescente. Hay una canción de Andrés Suarez, “6 caricias”, que os recomiendo, y habla justo de esto: “tan solo son los hijos del amor más puro, no puedo ni moverme se me incendia el alma”.

En resumen, me ha encantado, lo he disfrutado y lo he sentido. No diré más de la trama, pero llega y mucho. Os recomiendo que lo leáis y que escuchéis la canción de Andrés.


Frases destacadas

“Cualquiera hubiera esperado que la explosión de una estrella dominara el cielo nocturno pero, lamentablemente, incluso las más brillantes supernovas son apenas una pálida mancha entre las estrellas”

“Cuando eres niño, es así: esperas el autobús. Esperas que suene la campana. Esperas el verano, el fin de semana, Esperas crecer. Sólo que después creces y te das cuenta que los adultos siempre están esperando también. Esperan su sueldo, una carta del abogado, los vales de alimentos. Esperan eternamente por ese momento en el que algo encaja y la vida por fin se convierte en la vida que creyeron que tendrían. Esperas, esperas y esperas y luego, mientras sigues esperando, te mueres”.

“Eso hacíamos, celebrábamos cualquier cosa que pudiéramos, por pequeña que fuera. Teníamos que hacerlo”

“─ Si, pero Zach, más conocimientos, ver más, implica menos cosas desconocidas, más posibilidades. – No, más conocimientos implica que el desconocimiento sea más grande. Estoy diciendo que lo que conozco es absolutamente todo lo que puedo manejar”.

“La gracia de las grandes preguntas sin respuesta está en que puedes vivir con la incertidumbre. ¿Estamos solos en el universo? ¿Cómo sería vivir para siempre? En su interior, la gente comprende y acepta que nunca llegará a conocer la verdad. Las preguntas de ese estilo pueden mantenerte con frecuencia despierto toda la noche; pero no te desvían de tu camino. Son las pequeñas preguntas incómodas, las que tienen respuestas reales que no encuentras, las que pueden llegar a desequilibrarlo todo”.

En Orilla del Cielo, la única opción de futuro para muchos de sus habitantes es acabar trabajando en las plataformas petrolíferas. Las mismas que acabaron con la vida del padre de Zach y con el futuro que pensaba que tal vez tendría. Pero, cuando Vanessa llega al pueblo, la realidad de Zach se ve alterada y tendrá que hacer frente a sus propias decisiones.
Cuando decidí leer este libro, me preparé a mí misma para una novela intensa, de esas que hacen pensar y que se llevan un poco de ti. Aun así debo admitir que ha sido más dura de lo que esperaba.
El protagonista es Zach, un chico que está en su último año de instituto y que ya se ha resignado a una vida mediocre para poder ayudar a su familia tanto como se lo permita el mundo. Su padre murió hace un tiempo, su hermano volvió de la universidad para hacerse cargo de todo y su madre dejó de estar bien. Por eso trabaja tanto como puede para mantener el techo sobre sus cabezas y evitar que sus dos hermanas pequeñas pasen hambre. Todo lo que gana se lo da a su hermano mayor, que también lo da todo por la familia. Por las mañanas va al instituto, donde su vida tampoco es mucho mejor. Me ha parecido que Zach tenía una vida muy deprimente y no entendía cómo no se estaba ahogando en cada segundo de ella. Y me dolía mucho porque es un personaje supertierno, trabajador, responsable, buena persona, increíble hermano, abnegado. A mí me ha gustado tanto como me partía el corazón no poder ayudarle o algo.
Vanessa, por su parte, tiene el respaldo de una familia económicamente estable y el sueño de ir a Cornell para estudiar Astronomía. Tiene un futuro lleno de posibilidades ante sí, es brillante en sus estudios y ya tiene una mejor amiga a pesar de haberse mudado hace poco. Es una chica alegre y optimista, bastante soñadora. Pero también tiene sus grises, ya que su familia también ha pasado por momentos complicados que la han llenado de bastante odio. Vanessa me ha gustado mucho por la evolución que tiene. Ambos recorren un importante camino a lo largo del libro. Y el de Vanessa tiene un toque familiar que me ha encantado, además que su posición privilegiada le impide ver unos espectros de la vida que Zach deberá enseñarle.
Es una novela que tiene también muchos secundarios que son importantes. Destacaría a las familias de los dos en general y al hermano de Zach en particular. Creo que los dos son personajes muy modelados por sus familias y que muchas de las cosas que hacen son consecuencia de ellas, por lo que no es de extrañar que sean tan determinantes en el desarrollo de la historia. Yo he querido destacar a Derek, el hermano, porque visibiliza a un grupo de jóvenes que lo dan todo y no se quejan nunca, que ponen a su familia siempre por delante. Y es que me parece muy bonito.
La historia, como os he comentado, me parece bastante dura. Es una historia de personajes donde se nos presenta a dos personas que a simple vista son muy diferentes entre sí, pero que en el fondo puede que tengan más en común de lo que creen. al final todos somos seres humanos y la adolescencia siempre suele suponen un punto de inflexión para muchos. Es una novela que habla muchísimo de la familia. Por una parte, de la familia que se quiere y lo daría todo los unos por los otros. Por otra parte, de la familia que a veces no es suficiente y acaba haciéndose daño. Son buenos análisis, muy bien tratados y realistas. Es fácil sentirse involucrado con la historia y lo que viven los personajes.
Es, más que nada, una historia que sigue a los dos protagonistas, ambos en un momento decisivo de sus vidas, donde hay que tomar grandes decisiones. Es una novela de desarrollo personal, que habla de ese momento en el que una persona comienza a madurar y a convertirse en adulto, a veces de una forma un tanto forzada por las circunstancias. Se nos habla también del duelo y del dolor que dejan atrás las personas se marchan de nuestra vida.
La novela es un drama impresionante. Tiene un cariz de desesperación constante. Ver a un chaval de diecisiete años resignado con su vida, aunque también feliz de poder ayudar, no es nada fácil. Y lo peor de todo es que es muy realista y está todo muy bien conseguido. Yo pertenezco a una generación perdida y podía identificarme muy bien con todo lo que iba leyendo. Vanessa aportaba algo de optimismo y luz, pero siempre había una nueva piedra con la que tropezarse. Es una historia que me ha gustado mucho, que visibiliza la desesperanza que sienten muchas personas en el mundo por las pocas opciones que tienen a su alcance y llena de un realismo que abruma.
La narración, por su parte, es una primera persona desde el punto de vista de los dos protagonistas. Las voces están muy bien conseguidas y transmiten genial la personalidad de ambos, algo que también se nota cuando van evolucionando. Está formada por capítulos muy cortos, distribuidos en cuatro partes muy marcadas y llenos de diálogos creíbles y naturales. Es una narración muy directa, pausada porque no hay mucha acción, pero que se lee muy rápido. No obstante, creo que es un libro para leer con tiempo y sin darse atracones por la carga emocional que tiene.
A la orilla del cielo nos cuenta la historia de Zach y Vanessa, dos jóvenes que están en su último curso de instituto. Él ya se ha resignado a vivir una vida de trabajos precarios para ayudar a la familia que adora. Ella tiene muy claro el futuro que quiere y dónde quiere conseguirlo. Dos jóvenes en situaciones muy diferentes, con buenos secundarios y una historia que visibiliza realidades que están muy a la orden del día. Una novela con mucha carga emocional, con grandes evoluciones personales y que merece la pena degustar poco a poco.

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A la orilla del cielo nos muestra una historia fresca, sincera e inocente al tratar sobre dos jóvenes opuestos que buscan salir adelante en un mundo que no llegan a comprender del todo, debido los obstáculos que la vida les pone como prueba.

Vanessa, es una joven extrovertida que mira el mundo a través de las estrellas. Durante toda su infancia creció escuchando las historias fascinantes que su padre le contaba sobre ellas. No obstante, lo que inicio como como una actividad que compartían juntos, se vio interrumpida cuando luego de unos años, él decidió dejar a su familia.

Al principio ella no logra comprender el porqué de su partida, tal vez lo más sensato fuera que terminara odiando aquello que su figura paterna le dejo, sin embargo, ese no es el caso. El universo la sigue llamando, por tal motivo es que termina amando las estrellas tanto como su padre. Tal vez se trate de un momento rebeldía que termina por llevarle la contraria a su madre, quién no esta muy feliz por las decisiones que esta tomando, ya que ella intuye que esa pasión tan grande que siente por estudiar las estrellas, es aquella que quizá puede terminar por romperle todos sus sueños e ilusiones.

Por otro lado, tenemos a Zack. Es el protagonista al que le llueven todos los problemas del mundo (muy al estilo de Jake Hardin en Just my luck). Hasta me atrevería a decir que quizá en un momento de nuestras vidas, todos llegamos a tener un momento muy a lo Zack.

Para llegar empatizar con este chico, tenemos que conocer su pasado. Luego de que su padre falleciera en un accidente de trabajo, su madre entró en una depresión bastante complicada que le impide seguir adelante, por ello que su hermano mayor tomará la decisión de dejar la universidad para cuidar de él y sus hermanos pequeños para que tuvieran el futuro profesional que èl tuvo que abandonar .

Sin embargo, como el corazón de Zack es enorme. Decide trabajar al 200% para apoyarlo en todo lo que pueda. Aunque eso signifique que por su tan ocupada agenda, genere diversas situaciones que lo colocan frente a las demás personas como un augurio de mala suerte.

Cierto día, Vanessa se topa con este chico a cuya mala suerte lo acompaña, se ve atraída por él y juntos comenzarán a conocerse y descubrir cosas que quizá les ayuden a redirigir sus vidas.

Personalmente siento que ha sido una novela muy sencilla, fácil de disfrutar pero que al mismo tiempo no termino por convencerme del todo. Los personajes tienen estilos de vida opuestos, mientras Zack vive al día, Vanessa es una chica que desde pequeña lo ha tenido todo. Y aunque eso no debería suponer un problema para entablar relaciones con las personas, aquí lo hay. Sobre todo porque creo que la joven es un tanto ajena a lo que sucede a su alrededor, por lo que no termina por empatizar con el protagonista masculino y lo que está viviendo.

Si bien, es una historia que maneja el desarrollo personal, el drama lo supera por mucho, dejando de lado un tema que me parece mucho más importante por desarrollar, como lo es la relación que tiene Zack con su familia.

Él es un personaje resignado, que lleva la carga sobre sus hombros. No le importa ser rechazado por sus compañeros, tiene más trabajos de medio tiempo de lo que puede soportar y ahora que ha llegado esta chica tan brillante, positiva y que luce tan diferente de sí, pone su mundo de cabeza.

La tragedia y las emociones que nublan su mente, es el factor que más se interpone en la felicidad de estos dos y en la motivación que necesitan ambos para seguir adelante. Nada está dado por sentado, es una novela con giros inesperados que incluso en ocasiones llega a parecer un tanto absurdo, pero que al final de cuentas dejando de lado esos pequeños detalles, puede ser una lectura agradable.

Así que si buscan una lectura juvenil, con toques de dramas, pizcas de romance y superación personal. Este libro es el indicado para ustedes.

'A la orilla del cielo' es una novela contada a dos voces: la de Zach, nuestro protagonista masculino; y la de Vanessa, nuestra protagonista femenina. Zach vive su día a día preocupado por el dinero, por el trabajo y por ayudar a su hermano a mantener a flote a su familia tras la muerte de su padre. Sin embargo, Vanessa, vive una vida algo más adinerada y tiene claro su futuro: entrar en la universidad con la que lleva soñando desde que era una niña, antes de que su padre la abandonara.

Sus vidas son muy diferentes, pero ambos cargan con un peso a sus espaldas que les hace vivir con frenos. Sin embargo, sus destinos terminan entrecruzándose y empezará a formarse entre ellos una relación de confianza muy bonita.

En este libro iremos alternando un capítulo de cada protagonista, y aunque ambos me han encantado, creo que el personaje de Zach y su historia me han calado más hondo, quizás porque es más dura que la de Vanessa y a mí, señores, me encanta el drama. Es un libro que he tenido que ir leyendo de muy poquito en poco, pero me alegra mucho poder deciros que eso no ha estropeado en absoluto la experiencia; como véis, le he dado la máxima puntuación y se ha convertido en una de mis mejores lecturas en lo que va de año.

Creo que el autor escribe con una pluma muy bonita, sencilla y sensible al mismo tiempo. Se nota la delicadeza y el cariño con el que trata a todos y cada uno de los personajes de este libro, y es que no solo serán importantes Vanessa y Zach, si no también algunos otros secundarios como Derek (hermano de Zach y personaje que me ha gustado muchísimo) o Cece (mejor amiga de Vanessa y en la que podremos encontrar representación LGBT).

Tengo que confesar que, en cuanto he podido sacar por fin un buen rato para leer estos últimos días, he deborado todo lo que me quedaba de libro, y es que me ha encantado la historia, lo cruda y real que puede ser a veces la vida incluso en los libros. No esperaba que se tratara al final el tema de los desastres naturales, pero es algo que a mí siempre me ha impactado sobremanera, y leerlo cuando ya has cogido especial cariño a unos personajes, no lo hace más sencillo.

Me he pasado los últimos capítulos en tensión, llorando por mis pequeños y sufriendo con ellos, y a mí eso es algo que me encanta y que valoro mucho en los libros, que me haga sentirlos de manera tan fuerte.

En resumen, 'A la orilla del cielo' nos ofrece una historia realista, dura pero con momentos bonitos que nos enseñan a apreciar las pequeñas cosas y a valorar a la familia y las personas que realmente tenemos cerca. Una novela que habla de la pérdida, del amor y de la superación.
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