"El tiempo nunca se pierde; […] como mucho, se malgasta. […] Somos nosotros, si acaso, quienes tendemos a perdernos en él." Perdernos en el tiempo. En el "si hubiera", en el "voy a" y en el "va a ser". Porque hay tantos sucesos como posibles caminos que emprender, tanta vida como opciones para vivirla, tanta esperanza como certeza de que no todo está escrito. Y en ese océano de posibilidades nadamos y, a veces, nos ahogamos. ¿Y si conociéramos el futuro y sintiéramos que tenemos el poder de cambiarlo? ¿Nos llevaría ese cambio justamente a ese futuro? ¿Existen verdaderamente las segundas oportunidades o están escritas todas los posibilidades y eran la primera opción desde el principio? La física cuántica ha demostrado que el espacio-tiempo son ilusiones de la percepción y Velasco crea en Todo es ya historia justamente eso en el lector, una ilusión de la percepción. Manejando dos hilos temporales, o no, nos sumerge en una distopía apocalíptica que habla fundamentalmente, en mi opinión, de la naturaleza humana. Una vez más, cierro un libro de Gonzalo con asombro y admiración. Por su edición, en la que nada está dejado al azar: su mapa, cada hilo temporal con su propio color, cada inicio de capítulo presentando un principio físico y una canción acorde a su contenido… Pero también por su trama: Todo es ya historia es un novela compleja pero a la vez accesible. Velasco sabe siempre sacarme de mi zona de confort, estrujar mi sesera y robarme un “¿pero cómo…?” |