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Lo compré nada más salir, porque si algo tienen los libros de esta autora es que enganchan una barbaridad, y este no ha sido menos. No es muy extenso, menos de 300 páginas. Destaco la buena narrativa, la creación de personajes y la ambientación, tanto en el presente como a finales de los años 90 en Madrid, en un piso asfixiante cuya historia real (la de la calle Antonio Grilo, el edificio maldito de Madrid), te motiva a querer seguir leyendo más. Acabas un capítulo y ya te crea la necesidad de pasar al siguiente, con un buen dominio entre pasado, pasado no tan pasado y presente. Giros muy buenos en la trama, algunos de ellos no los vi venir, y un final impactante. Me ha gustado mucho Vega Martín, seguiré leyendo todos los libros que saque sobre ella. |