El lugar donde fuimos felices

Es principio de curso y una nueva profesora llega al centro de enseñanza privado Instituto Magno de Llafranc. Se trata de Paula Arias, profesora de literatura que ha llegado para cubrir la plaza vacante desde que la anterior profesora, Blanca Roca, fue asesinada. No es casualidad que Paula haya elegido ese destino, hay algo que le une a la difunta profesora y ha acudido al lugar donde murió tratando de averiguar quién la asesinó.

“El lugar donde fuimos felices” es una novela de intriga en la que el peso de la investigación no la llevan profesionales sino una simple aficionada: Paula Arias. Una profesora de literatura que tiene una relación con la difunta Blanca Roca y que ha pedido plaza en el instituto donde esta trabajaba para intentar reconstruir sus últimos meses y averiguar qué le pasó. En sus investigaciones contará con la ayuda del profesor de matemáticas, Nuno, que acaba de heredar la discoteca del pueblo tras la repentina muerte de su padre. Entre profesores y alumnos, padres y demás personal del centro tendrá que moverse Paula. Pronto descubrirá que no conocía realmente a Blanca, que ésta guardaba para sí muchos secretos que, poco a poco, se irán desvelando.

Son ya cinco los libros que he leído de Lorena Franco (los cinco últimos, en los que ya decididamente se inclina por la novela de intriga) así que ya sabía lo que me esperaba: una novela ágil y entretenida que me iba a mantener enganchada entre sus páginas. Y justo eso es lo que me he encontrado. Te puede gustar más o menos una historia que otra, te pueden atraer más o menos sus personajes pero en todas sus novelas se repite la misma fórmula, la que buscamos sus lectores. Esta novela va en la línea de las demás que he leído; no es la que más me ha gustado pero sí me ha gustado lo suficiente. La he leído sin darme cuenta y me ha mantenido absorta entre sus páginas: era lo que buscaba y mis expectativas se han visto satisfechas.

La novela se estructura en ciento veinticinco capítulos de muy corta extensión, algo típico en este tipo de thrillers. Es un narrador omnisciente quien nos cuenta los entresijos de la acción focalizando por completo en Paula, auténtica protagonista de la historia. Los personajes están descritos en la medida que requiere la acción, ni más ni menos. No hace la autora un dibujo exhaustivo de los mismos pero tampoco lo requiere ni la historia ni el tipo de libro que es. Quizás le cuesta un poco entrar en materia pero, una vez que lo hace, las páginas vuelan entre las manos. La historia se va enredando cada vez más y se van desvelando secretos, más allá de quién asesinó a Blanca. al final todo queda bien atado y resuelto.

La ambientación en una población pequeña y en un centro escolar elitista está bien lograda. No es oro todo lo que reluce y tras las fachadas perfectas de las casas y las familias hay mucha basura escondida que, al hilo de la investigación de Paula y Nuno, acabará saliendo a la luz. Algunos de los personajes –principalmente de los alumnos- dan lugar a tramas secundarios algunos de los cuales tocan temas candentes. No hablaré de cuáles son para no desvelar nada importante.

Conclusión final

Me ha gustado “El lugar donde fuimos felices”. Sabía que me iba a mantener entretenida y absorta y no me ha defraudado
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