El libro de los hechizos de lo perdido y lo encontrado

Todos estamos hechos de eso: de anhelo, de pertenencia y de todas las cosas que perdemos en el camino.
¿Qué he perdido?...
¿Qué he encontrado?...
¿Que he guardado?

Puede que no lo sepan, pero todos tienen una pérdida que los define: un padre, una mascota, una baratija, un tesoro, un recuerdo, una creencias. Algunos tienen más de una. Y si no prestas atención, puedes pasar toda tu vida buscando lo que has perdido

Un hechizo, o cosas que se pierden y son encontradas todos los días sin que seamos conscientes, hasta que comenzamos a darnos cuenta de ello.
Quizás una mezcla de ambos

Mi piel se eriza. Vidas perdidas, almas perdidas, aullidos en la tormenta

Si las luces se apagan, sabrás que lo perdido está escuchando.
Si oyes perros ladras, sabrás que lo perdido ha escuchado tu invocación.
Si oyes el aullido, sabrás que lo perdido ha respondido

Él habla de Ícaro...pero se parece más a Orfeo. Creo que su voz podría conducirme entre los muertos

No puedo dejar de hacer listas de cosas perdidas que no deben ser encontradas. El cabello perdido. La sangre perdida.
Las almas perdidas

Pero fuimos nosotras. Fue el hechizo. Fueron tres chicas jugando con algo que no entendían.

Ten cuidado con lo que deseas.
No todas las cosas perdidas deben ser encontradas

Ten cuidado con lo que pactas:
Cada cosa perdida requiere un sacrificio.
Una nueva pérdida por cada cosa encontrada que haya sido invocada.
¿Qué dejarás ir?
¿Qué no estás dispuesto a perder?