La siempre mágica Elena Fortún nos lleva, con su narrativa amable, a un nuevo nivel. En esta ocasión nos vuelve a llevar de la mano junto a su incombustible Celia. Convertida ya en una adolescente, Celia vive con horror el inicio de la Guerra Civil. Con su padre en el frente y su hermano Cuchufritín en Inglaterra, la muchacha debe madurar rápido para hacerse cargo de sus hermanas pequeñas, mientras que ella misma intenta sobrevivir a los horrores de la guerra. Desde la voz inocente de Celia, que no entiende de política y no se posiciona ideológicamente, desde su insultante juventud, el horror ante la Guerra Civil se vuelve casi un canto universal al pacifismo,
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