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El largo título de este libro captó mi atención y no me defraudó. En clave de humor aborda el tema de la Guerra Fría. El género humorístico no es lo que suelo elegir para leer; sin embargo, este libro se disfruta de principio a fin: personajes divertidos, un tema histórico de calibre mundial reducido a la disputa por una pequeña isla, moraleja incluida. Se merece cuatro estrellas. Es una novela relativamente corta. El humor se encuentra dosificado a lo largo del libro. Es el primer libro que leo de este autor, intentaré conseguir otros; ya que me he divertido y reído mucho con esta primera lectura. Es muy divertido cada una de los encuentros entre los protagonistas con fines sexuales que se ven frustrados una y otra vez por distintos motivos. También es interesante de leer cómo un personaje que apenas solventa sus gastos, pasa a tener millones a causa de la venta de la isla que heredó y que no es más que una roca sin mayor importancia hasta que dos potencias mundiales se interesan por ella. Los rusos lo hacen por mera casualidad, los norteamericanos con toda la intención de rivalizar y competir en medio de un ambiente caldeado entre los dos países. La competencia se incrementa a medida que avanza la lectura. La falta de alcohol hace que los militares produzcan su propio alcohol con todos los riesgos que eso conlleva y que va a ser el elemento desencadenante del final de la historia. Pero la suerte está del lado de Albert, quien no sólo sale victorioso de ese conflicto inusitado sino que además va a lograr conseguir a la chica de sus sueños. Albert se convierte en un ganador en todos los sentidos: en su economía, en su vida amorosa, en su salud puesto que sale indemne. Quién pensaría que una isla/roca en herencia sería un factor tan beneficioso. Así como la suerte estuvo con su tío, ésta también acompañó a Albert. |
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