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Una novela publicada en 2003, pero que retrata -muy a lo Fogwill- a los ricos y nuevos ricos de la década del ‘90 en Argentina, sus aspiraciones y sus prejuicios. Cada capítulo desarrolla un personaje, que le pasa la posta al siguiente. Así, vamos desde el velorio de un perito agrario que escribió un libro sin que nadie estuviera enterado hasta las elucubraciones de un arquitecto que trabaja para “los servicios” que tuvo que asistir a la inauguración de un apart hotel en un barrio muy tradicional que no quería que ese edificio estuviera ahí. Ningún personaje tiene un nombre propio ni se menciona a la ciudad en la que transcurre, aunque hay datos de barrios y vistas. Solo hay acontecimientos, porque “puede afirmarse que los lectores acuden a la novela sedientos de acontecimientos” nos cuenta el autor. Si este rasgo ya es significativo, súmenle que el autor se cuela en la trama explicando cuestiones técnicas, mostrando el por qué puso tal o cual cosa, o no. Mucho más que muy recomendable. Casi para sentarse y leerla de un tirón. |
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