El ritmo de la novela es muy pausado, muy de sentimientos, de profundizar en el estado de ánimo del protagonista y del porqué de lo que le sucede, porque un brillante profesor de bellas artes decide abandonarlo todo y cambiar radicalmente de vida. La novela está dividida en cuatro partes y un epílogo, de las cuales la primera parte se me hizo algo pesada y aburrida. Pero a partir de la segunda parte la cosa mejora mucho, sigue siendo una narración muy pausada, sin sobresaltos, pero lo que nos cuenta me atrapó mucho más y quería seguir leyendo y conocer más a los personajes incluido, como no, el protagonista Antoine Duris, que en la primera parte de la novela incluso me caía mal. Conocemos a Camille Perrotin, un personaje con mucho peso en la historia y del que no puedo contar más sin desvelar la trama. Una historia dura, de vidas rotas, remordimientos, y también algo de esperanza, en la que no existen finales felices aunque quizá si un final agridulce. |