De una manera muy inteligente, el autor logra elaborar una historia muy entretenida partiendo de un simple dolor de espalda. Poco a poco y con este hecho como pretexto, se va desarrollando (y embrollando) la vida de un cuarentón de clase media parisino qué bien podríamos ser cualquiera de nosotros. La virtud de la historia es que todos podemos encontrar alguna parte o alguna faceta en la que vernos reflejados. La novela está repleta de sentencias bastante brillantes y en muchas ocasiones invita a la reflexión. Como punto no tan positivo, hay alguna situación en la última parte del libro que me recuerda a esas novelas tan en boga que camuflan un manual de autoayuda detrás de una historia un tanto empalagosa. En resumen, una puesta en escena ingeniosa, un desarrollo inteligente y una historia tragicómica que me ha hecho pasar un buen rato. |