Estamos ante una obra narrada a dos tiempos y a dos voces. Con dos partes diferenciadas, liderada cada una de ellas por una protagonista diferente, y que transcurren una en el pasado -en un pasado cercano a nuestro presente- y la otra en el futuro -en un futuro apocaliptico-. Dos tramas que se entrelazan, que guardan mucha más relación de la que pudiera parecer inicialmente y que nos permiten ver tanto el comienzo de todo, como sus consecuencias y su repercusión. Es una lectura super ligera, en gran parte gracias a su estructura más típica de novela juvenil, con un lenguaje no muy complejo y rico en escenas dinámicas. Ligereza que se ve favorecida, también, por la mezcla de géneros que se apoyan sobre esa base apocaliptica, encontrándonos con aventuras, pizcas de intriga y romance. Sin ser una obra excesivamente compleja, se convierte en una gran opción para cuando buscas una lectura entretenida, sin muchas complicaciones. Que se lea fácil y bien, que te aleje de la realidad y que tenga ese punto de incertidumbre que te mantenga atrapado entre sus páginas. Para aquellos lectores habituados a leer sobre zombis, Country Horror será una novela refrescante gracias a su visión innovadora. Y para aquellos a los que, como a mí, no les gusten los zombis que solo gruñen y comen sesos, aquí se encontrarán con unos seres más humanizados y menos descerebrados que quizás logren devolverles la fe en el género; y si no, al menos amenizarán su tarde con esta lectura en la que lo primordial es la lucha por la supervivencia. |