Un chico y su perro en el fin del mundo

Es una novela lenta, de esas que se mastican y dan vueltas a los mismos conceptos una y otra vez a través de imágenes y sensaciones indirectas. Cuando, a partir de la segunda mitad, gana algo de acción, queda un poco deslucida, aunque es efectiva en lo que se presta.

Los giros argumentales están bien traídos y, dado que es un mundo en el que casi toda la humanidad se ha extinguido, resulta verosímil que varios personajes que se encuentran se conozcan de antes o haya rumores. Es una historia sobre la esperanza y la importancia de la familia y no parece una novela de género, en cuanto que el elemento postapocalíptico no es más que la excusa para los temas a tratar.

Es una buena novela, de las que se disfrutan sin prisa. Eso sí, como todas las historias de digestión lenta, puede llegar a aburrir o a alejar a quienes busquen acción. Es una novela muy pausada, sobre todo la primera mitad, en la que no ocurre prácticamente nada en un centenar de páginas. Dicho esto, la segunda mitad cierra las tramas importantes y es ambigua respecto de las secundarias, lo cual funciona bien porque solo tenemos la perspectiva de un narrador en primera persona y no es necesario saber toda la verdad de lo ocurrido.