La portada es feísima pero el título me llamaba la atención y me embarqué en esta historia. Las escasas ilustraciones interiores van en la línea de la portada. El protagonista de esta historia es Tufy, el gato de Eli, que nos cuenta sus aventuras en primera persona. Como indica la sinopsis, se dedica a llevar animales muertos a la casa. No me ha gustado mucho como está escrita la historia ni la moraleja final, la verdad. No es un libro que le daría a leer a un niño. Me ha parecido un poco perturbador y que solo muestra las partes peores de tener un gato. |