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En este libro encontramos una historia que se sale de lo cotidiano y que nos acerca a ciertas enfermedades. No creo que sea una lectura que a primera vista pueda atraer a todos los lectores, sin embargo, encierra una historia que merece ser vivida por todos. Tal y como he indicado, en este libro se narra una historia en la que tienen un peso muy importante dos enfermedades: el síndrome de Down y la esquizofrenia. En lo relativo a la historia propiamente dicha, Matt (un niño de nueve años) pierde de forma accidental a su hermano mayor (Simon). A partir de este fallecimiento, el sentimiento de culpa lo inundará todo. La lectura comienza con un solo hermano enfermo, sin embargo, dicha pérdida hará que aflore la enfermedad que padece Matt. El autor aprovecha la narración para darnos detalles acerca de ambas enfermedades, cómo influyen en el desarrollo de uno y otro (relaciones personales, sociales, salud mental, etc.), y cómo afectan a quienes les rodean. Así, la novela narra por una parte la vida de los protagonistas cuando eran niños y, por otra, la de Matt cuando es un adolescente. Las dos partes son claramente diferentes, pero ambas tienen su encanto y me han gustado. La novela está escrita de una forma muy ágil, con capítulos breves y con diferentes fuentes en función de lo que está narrando (unas partes escritas simulando la letra hecha con una máquina de escribir, otras en forma de carta, otras de nota, la narración utiliza otra grafía, etc.). Además, el autor nos acerca tanto a los protagonistas, que logramos (o al menos yo he logrado) empatizar con los dos. Todo ello hace que se lea muy rápido y que la lectura sea muy amena. |
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