Si no tuviera esas 300 páginas de relleno, le daría más puntuación. A pesar de ser tan inauditamente extenso para lo que cuenta, reconozco que es muy entretenido y el ritmo no decae. Es bastante previsible en cuanto a la persona culpable, pero hay unos giros que hacen que eso se perdone. Y el final me ha sorprendido gratamente. Como en el anterior libro, Vicent es mi favorito. |