Donde llevan los sueños

A Elena Ferrándiz ya la tenía en el radar y como coleccionista de libros bonitos no dudé mucho a la hora de pedir este libro, y si, el libro es bonito, las imágenes en dos tonos y trazos gruesos llenan dobles páginas del libro trasmitiendo tanto con el contenido como con sus vacíos, incluso más con estos vacíos.
El texto de este libro no es más que una excusa, que bien podría haberse obviado, pues en mi opinión molesta más que aporta. Es un intento de ligar unas páginas con otras y darle una continuidad que los dibujos ni lo piden ni lo necesitan, pues con el título del libro es más que suficiente para que cada uno invente su propio texto. Además el final del texto decepciona un poco, y no lo digo yo, lo dicen mis hijas que se supone que son un público más objetivo que yo. Mi mediana que es muy perspicaz para estas cosas me dijo: “Para escribir esto más valia no poner nada” y yo lo suscribo.
Pero el libro vale la pena, porque sigue siendo bonito y porque no es obligatorio leerlo, basta con disfrutarlo.
PARA QUIEN: Personas que les gusten los libros ilustrados bonitos y enigmáticos
LO MEJOR: El ritmo pausado que te marcan las ilustraciones, invitándote a reflexionar.
LO PEOR: El texto.