No tiene la riqueza histórica ni dramática del autor anterior, pero si mantiene la idiosincrasia del pueblo y de sus personajes. Más simples, pero el espíritu revolucionario es el mismo. Intenta no envejecer mal, como redención a la colección introduciendo elementos feminismo, un intento no conseguido. A pesar de eso sigue siendo una delicia la inmersión en ese mundo y sigue manteniendo una buena calidad narrativa y visual. |