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Si algo caracteriza los libros de María además de su sentido del humor a la hora de escribir, es la habilidad para tenernos despistados hasta el final, cuando hay un misterio entre medio. En este caso no podía ser diferente. Por mucho que pienses y que incluso des con el culpable, nunca te imaginarás hasta que punto llega la inexistente catadura moral del individuo en cuestión, y no añado más para no dar pistas. De los personajes que componen estas historia, si tengo que elegir a alguno, me quedo sin ninguna duda con Samuel, Samu para los amigos. A pesar de tener todos los puntos para ser un "rompebragas-tonto-de foto", es el hombre más sensible que podríamos imaginar. Y esto lo comprobamos, viendo su reacción al enterarse de ese dato de su pasado que desconocía y que tanto afectaría a cualquiera. Cuando cualquier persona habría renegado de los que provocaron ese acontecimiento, él sufre y tiende a disculpar. Y a esto hay que añadir su lealtad para esa familia que no es de sangre pero es la elegida, a sus amigos, y a todo el que forma parte de su entorno. Ni en sus peores momentos tiene una palabra o un pensamiento dañino o vengativo, es ese tipo de persona que todos querríamos tener cerca. Inés por su parte, se encuentra en un momento bastante peliagudo a nivel laboral, casi se podría decir que se haya al borde de la desesperación y a esto hay que añadir, que se ha obsesionado con alguien y no es capaz de ver la realidad. No hay más ciego que el que no quiere ver, por suerte tiene unas amigas que no se rinden ante nada y que intentaran abrirle los ojos por todos los medios. Hay momentos en los que le habría dado un tortazo por no querer reconocer que se equivoca, hecho que le podría haber llevado al mayor error que podría cometer y de la que se habría arrepentido el resto de su vida. A través de situaciones de lo más variopintas y con la apariencia de una comedia romántica más, María nos muestra unos hechos que por desgracia están a la orden del día, Lo que parece tan solo envidia profesional y ganas de medrar a costa del prójimo, esconde algo mucho más serio y dramático, algo por lo que nadie debería pasar. Si algo recomiendo, es leer este libro con la intención de ver más allá de sus líneas, no solo en lo que afecta a los protagonistas principales, también a varios de esos secundarios de lujo sin los que el resultado no sería el mismo. Otro gran acierto de una mis autoras preferidas. |
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