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Eugenia Muntaner de Villalonga (mi preciada abuela) está en esa edad donde ya le da igual filtrar sus acciones y palabras. Aunque, a decir verdad, no es cosa de la edad, ella siempre ha sido así. Tan adorable como manipuladora. Después del susto que me he llevado con su infarto, no me ha quedado más remedio que fingir que el florista que acaba de aparecer por la puerta del hospital, es mi novio. Aunque he de decir que este hombre está de toma pan y moja. No sé que obsesión tiene esta mujer con verme casa, pero cuando se recupere, ya veré como salgo de este lío. Kata y Lucas son los protagonistas de la historia. Ella es una mujer independiente, muy centrada en su trabajo. Él es un chico con un corazón de otro que no lo ha tenido nada fácil. Leo es el mejor amigo de Lucas y me ha parecido una maravillosa persona. Eugenia, la abuela de Kata, es un amor, me ha parecido estar leyendo sobre mi propia abuela. En la trama, acompañamos a Kata y Lucas desde que se conocen hasta una semana después. Me ha gustado mucho la historia entre ellos, es muy bonita la conexión que tienen desde el principio. Está contada en primera persona y desde el punto de vista de los dos, lo que hace muy fácil meterse en su piel. He devorado el libro, se me ha hecho incluso corto. Me he reído mucho con la abuela y sus tejemanejes. La pluma de María nunca decepciona con esa frescura que hace que te sientas parte de la historia y no puedas dejar de leer. El giro final me ha hecho explotar la cabeza. |
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