Kramp

Hacía mucho tiempo que no leía una novela que en tan pocas páginas me hiciera conectar tanto con sus personajes. Kramp, para mí, más que una novela, es un cuento grande para niños grandes.

La extraña historia entre d'y su hija M comienza cuando este decide llevarla a sus viajes como vendedor de una marca de herramientas para la construcción. A partir de aquí, surge una relación tierna y pintoresca. Y digo pintoresca, por no decirle políticamente incorrecta, ya que M deja de ir al colegio y fuma, y todo esto acompañada de su padre. Pero no penséis mal, os arrancará mas de una sonrisa, este no es el fin de la historia.

Con un lenguaje muy ágil y una lectura rápida, la escritora ha conseguido que nos pongamos en el punto de vista de la protagonista. Que sepamos conectar con ese yo pequeño que muchos conservamos aun dentro.

Contada a través de los ojos de una niña, M, que nos intenta explicar mediante los catálogos de la marca de tornillos y serruchos, el mundo de los adultos que a veces es tan difícil de entender. Quienes somos, porque nos portamos así los unos con los otros e incluso que espera Dios de nosotros en el mundo. Por todo esto me ha recordado mucho a Veva de Carmen Kurtz que tanto me gusto de pequeña.

Un aspecto muy curioso son los nombres de los protagonistas. Poquitas hojas y solo unas iniciales para describirnos a todos los personajes que pasarán por esta intensa historia.

En definitiva, Kramp es una historia de amor entre un padre y su hija, que nos hará plantearnos muchas preguntas sobre nuestra existencia, entre tornillos, serruchos y catálogos de construcción.
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