Clarísima ejemplificación de los ideales de la época ilustrada española. La disfruté mucho más sabiendo el contexto: en su época el teatro no estaba viviendo su mejor momento (en lo que a valoraciones positivas de académicos se refiere) y este fue un intento de enseñar todo el potencial didáctico que el teatro tenía. Además, por fin aparecieron en la literatura muestras de una moralidad ya un poco parecida a la actual: la ruptura del concepto de que la palabra de la familia es ley, la fácil manipulación de la juventud por parte de adultos irresponsables o cegados por la religión, la problemática de las parejas con una gran diferencia de edad... Es una obra entretenida y breve de la que se pueden aprender muchos detalles acerca del ideal de vida ilustrado. |