Un libro minúsculo y una historia enorme. Mi primer acercamiento a Nona Fernández, algo que ha tardado demasiado en suceder. Cuando empieza la narración Fernández nos cuenta un recuerdo que le transmitió su abuela. Nos situamos a finales del siglo XIX en una plaza de Santiago, testigo de un sinfín de acontecimientos a lo largo de la historia del país, en la que va a suceder algo histórico de nuevo: la inauguración del alumbrado público de la ciudad. De la oscuridad pasamos a la deslumbrante luz. Pero toda luz lleva inevitablemente con ella la existencia de las sombras y esas van asomando en la narración mientras recorre la historia del país chileno. Con apenas 100 pequeñas páginas, este libro nos arrastra a un ejercicio de recuerdo y creación en el que Fernández trasciende la historia haciendo uso de la tipografía para completar el relato. Qué bonita y delicada forma de narrar la de Nona Fernández y qué acertada la edición de Minúscula. Absolutamente recomendable. |