La señora March

"Con los años, se evaporaba gran parte de lo que una era". Esto es lo que le sucede a la señora March que pierde su identidad real desdibujada tras un halo de apariencias, perfeccionismo, hasta que se activa un resorte en su cerebro. Es entonces cuando comenzamos a ser testigos de su caída a los abismos de la locura.
A través de una narración en tercera persona logramos, si bien no empatizar, sí sentir esa angustia, letargo, sufrimiento que se apodera de la señora March.
Llega un momento en la historia que esta se torna algo repetitiva, pesada, aburrida e incluso agobiante; en este hecho veo un acierto literario por parte de la autora, ya que considero que es reflejo de lo que vive una persona que sufre un brote psicótico. Esta novela es un viaje por el cerebro de una persona que sufre una paranoia.
Es cierto que deja mucho frentes abiertos, aún así sí he encontrado calidad literaria y he disfrutado su lectura.
El final, aunque previsible, no ha dejado de sorprenderme por lo simbólico: se trasluce un amago de cordura regida por el sentimiento de culpa que la ha acompañado durante toda su vida.