La señora March

Si algo define muy bien a la señora March es su obsesión por qué piensan los demás de ella. Para la esposa de un afamado escritor, cuya última novela está siendo un éxito nacional e internacional, las apariencias lo son todo. Así que lo que la orgullosa señora March no se espera es el comentario improvisado de la dependienta de una tienda local cuando le pregunta acerca de su parecido con la protagonista de la última novela de su marido: Johanna, una prostituta venida a menos a la que sus clientes pagan por pena. Este comentario, sin mala intención, será el desencadenante de las suspicacias de la señora March hacia su marido y el punto de inicio a su caída libre hacia una crisis nerviosa.

La "Sra. March”, de Virginia Feito y editada por @lumenedit sigue los contornos de otras novelas sobre mujeres que, a medida que se desmoronan, chocan de frente con un pasado que creían olvidado pero que aún las atormenta desde las sombras (Quién no recuerda a la protagonista de “Rebecca”, la nueva señora de Winter, cuyo nombre tampoco no es revelado y que se va desmoronando conforme se suceden los acontecimientos). La señora March, una mujer de su tiempo, señora de su casa en su lujoso piso del Upper Easte Side, se nos presenta como alguien tremendamente perfeccionista, pero que a medida que sus miedos afloran éstos también son los del lector y, así, su atractivo como personaje se desvanece y acaba resultando detestable.

La creencia de la señora March de que todos la juzgan como ella los juzga es un miedo atemporal, una amenaza que también está presente en nuestros días -y más en un mundo en el que nos exponemos muy alegremente en las redes sociales- y que la autora saca a la luz de la forma más horrible y bella. Un temor persistente que se establece desde las primeras páginas y que no cesa del todo hasta el inevitable final.
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