Un lume azul

Un Lume Azul me deja sensaciones encontradas. Por un lado hasta más o menos la mitad del libro, antes de que de el giro sorpresivo y, de paso, se descubra casi toda la trama, me ha resultado una lectura adictiva y muy interesante; con un ritmo brutal en el que Pedro Feijóo demuestra su maestría para narrar y para describir, recreándose en las innumerables escenas de tortura (a veces, bastante truculentas). Pero es cierto que una vez que la historia ya no da para más y los giros se acaban, allá al pasar el ecuador del libro, ese ritmo decae y se convierte en un policiaco más o menos estándar, sin más historia que buscarle un final adecuado.
Esta es una novela de venganza, que no me deja un muy buen poso, sinceramente. No he llegado a conectar ni con la historia ni con los verdaderos protagonistas, porque Mateo, el inspector de policía, está pintado como un perdedor absoluto y un tal mal investigador que ni empatía genera, y parece un mero vehículo para narrar la historia. Además, aunque me encantan las novelas que se mueven en la “zona gris” en la que no hay ni buenos ni malos, en esta no puedo dejar de pensar que todas las violentas muertes están más que justificadas por las actitudes de los asesinados (o ¿ajusticiados?) y mi brújula moral sinceramente se averió muchas veces al leer determinados pasajes. Además, el libro está lleno de determinados estereotipos, tópicos narrativos y giros que hace tiempo que restan más que suman, y ya no son ni impactantes ni sorpresivos, por lo menos desde mi punto de vista. También el final tan poético me acabo descuadrando, al no casar con lo que había leído en todo el relato.
En fin, pese a las cosas que no me han convencido, es innegable que esta es una novela que se devora por lo muy bien escrita que está. Y, a día de hoy, es de las pocas que lo han conseguido para mi. Seguro que Pedro Feijoo tiene alguna que me acabe conquistando de verdad.