Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria

Leer a la Federici me ha supuesto encajar piezas, que para mí estaban sueltas, de la historia.
Creo que podemos afirmar que el patriarcado existe desde el principio de los días, en mayor o menor medida. Pero los niveles de represión a los que las mujeres llegamos a partir del S. XVI no tienen parangón.
Hasta “El caliban y la bruja” siempre lo asocié al oscurantismo cristiano de la Edad Media pero, ahora, ha entrado en mis planteamientos una pieza que no había tenido en cuenta: el capitalismo.
Silvia Federici nos explica, muy densa pero didácticamente, como la transformación de feudalismo a capitalismo nos relegó a ser recipientes reproductores, creadoras de fuerza de trabajo.
No en vano en ese contexto histórico se da la gran caza de brujas, de las que poco o nada se habla, de las que NADA se estudia, y que fueron un auténtico genocidio femenino. Su objetivo era acabar con todo lo antiguo, con todo lo que atesoraban aquellas mujeres que eran capaces de sanar a los demás, que controlaban la natalidad con medios anticonceptivos y con prácticas de abortos. En una sociedad en la que no existía la medicina como la entendemos hoy, y menos aún l@s médic@s, hacían de parteras, enfermeras, curanderas,…
Y curiosamente coincidió la persecución y el exterminio de estas mujeres, con la sustitución de las mismas por hombres en esas profesiones. Ellos empezaron a ayudar a las mujeres en parto, fue el inicio de la medicina actual, curanderos,…
Y es que había que controlar el cuerpo de las mujeres, se comenzaron a aprobar leyes que castigaban a aquellas mujeres que trajeran hij@s muert@s al mundo, la insubordinación de la mujer al hombre en el ámbito familiar, las prácticas sexuales no reproductivas, ….
“Fue la transformación de la actividad sexual femenina en un trabajo al servicio de los hombres y la procreación.”
Con la gran caza de bruja, que se marca entre 1560 y 1650, aunque antes y después se persiguieron delitos de brujería, datándose cazas de bruja hasta el año 1990 en lugares de África, el Estado y la Iglesia consiguieron relegar a la mujer al espacio doméstico, fomentando como unidad social a la familia, exterminando otros tipos de socialización más sanos como las comunidades que existían hasta entonces.
El terror era tal, la desconfianza a que cualquiera por venganza te pudiera acusar de brujería, que comunidades enteras se desintegraron por completo.
Al mismo tiempo que en Europa asesinaban a cientos de mujeres (la gran mayoría pobres), en el “Nuevo Mundo” hacían lo mismo entre las poblaciones nativas.
Si algo político fue causa de la caza de brujas se demuestra al haber sido capaz de poner de acuerdo a la Iglesia Católica, Protestante…
Se las atenazó, se las amordazó y se las sometió bajo el yugo del Estado, de la Iglesia, de su marido, de su padre y de sus hijos.
El patriarcado va de la mano del capitalismo, por ello la revolución feminista será anticapitalista o no será.