Se mantiene el crescendo en la tercera entrega de la saga Bandini: salvo sorpresa final, esta será la mejor. Virtudes literarias aparte, dado el carácter autobiográfico de la serie, llama la atención el impudor del autor ante sus miserias y mezquindades y el escaso valor que concede a sus virtudes… con una especialísima excepción: su genio literario. El humor está más presente en esta entrega que en las otras dos y consiguió más de una vez arrancarme una carcajada, cosa nada fácil. |