Odio

Dos escenarios para contar historias de los suburbios. Por un lado, Londres, un barrio marginal para contar los hechos desde la óptica de mister Wildwood quién investiga, atando cabos desde su tienda de artesanía de bastones unos asesinatos conectados.

Por otro lado en París, Harcha, un musulmán, se ve inmerso en los barrios decadentes de venta de drogas, quién tendrá la misión de espiar en un local judío los hechos que allí se producen para informar al capo de la droga en París.

Lo que son las historias por separado son ágiles y te mantienen en vilo, pero no me ha agradado que sean independientes y no tengan conexión entre sí. Es como si leyeras dos libros a la vez.

Deli Delicious