Comprender el desierto es comprender el mar

Siempre he pensado que un viaje es un lienzo en blanco para escribir tus emociones y en esta ocasión Francisco Javier Expósito ha tenido como fuente de inspiración unos parajes que no todo el mundo se atreve a visitar. El desierto, ese lugar que intimida pero que guarda una extraña atracción por lo que es capaz de esconder en sus entrañas.

El autor utiliza este viaje al desierto como forma de purificación, como método para conocerse a si mismo, al mundo que le rodea. Un método que simplifica las cosas porque es en esos momentos en los que uno deja su zona de confort y se adentra en lo desconocido cuando comprueba de que pasta esta hecho y quién es verdaderamente uno.

Es un librito con un diseño muy intimo, con poemas de estilo libre que en ciertos momentos son profundos, muy profundos de cara al lector, con un corte intimista que en algunos momentos al ser de una temática concreta pueden volverse algo repetitivos.

En líneas generales me ha gustado, es interesante ver los sentimientos que el autor tiene frente a una naturaleza virgen y salvaje, los comentarios que nacen de la simbiosis entre el hombre y ese medio inhóspito para el viajero y que en otros es el hogar para el que mora en esas tierras.

Comprender el desierto es comprender el mar es en cierto modo buscar un nexo común entre agua y tierra, una explicación del autor a algo que quizás tenga más similitudes de las que a simple vista creemos. El desierto en un tiempo fue mar, el mar puede convertirse en desierto. Ambos son tan hipnóticos, tan peligrosos. Solitarios en un principio y tan llenos de vida si miramos en su interior o nos detenemos a fijarnos bien todo lo que esconden.

En definitiva un libro que tiene una propuesta interesante aunque en algunos momentos he echado en falta una vuelta de tuerca más al tema. Aun así como toda poesía es muy personal y en lineas generales me alegro de haberlo leído.