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"la vida era distinta antes del 11-S, dijo Waris mientras dejaban atrás el puebloy caminaban por la transitada carretera principal entre antiguos caserones degruesas lastras de piedra gris; ella era demasiado joven como la recordar la"era pre", cuando según su madre la gente miraba a las mujeres en hijab con sorpresa, curiosidad o compasiónluego vino la "era post", cuando según su madre empezaron a ser vistas conuna hostilidad pasmosa que va a peor cada vez que un yihadista le da por volarpor los aires a gente blanca o llevársela por delante con un camiónen tiempos así Waris se prepara para que le den más empujones, le escupan yla llamen cosas como árabe asquerosa cuando yo ni siquiera soy árabe, YazzWaris diijo que es una movida que la gente sea tan tonta como para creer quemás de mil quinientos millones de musulmanes piensan y actúan igual, si unmusulmán se dedica a tirotear a una multitud o a volar gente por los aires, lo llamanterrorista, si un blanco hace exactamente lo mismo, lo llaman locoen los dos casos están locos, Yazzya lo sé, Waris, ya lo sé"Amma, una artista curtida en el teatro más underground de Londres recibe una invitación del National Theatre para representar su obra La última amazona de Dahomey. Como se dice, se cuenta y se rumorea que todos los seres humanos de este planeta estamos conectados por la ley de los seis grados de separación, el inminente estreno de la obra es el punto de partida y nexo de unión de multitud de personajes que, como en una obra de teatro coral, nos relatan sus vidas, unas vidas que abarcan desde principios del siglo XX hasta nuestros días en la Inglaterra más multicultural, esa que provoca sarpullidos entre los acérrimos del Brexit. A veces en verso y a ratos en prosa, en "Niña, mujer, otras" encontramos historias de inmigración, feminismo, clasismo, homosexualidad, maltrato, la enseñanza como pasaporte a una vida mejor, maternidades subversivas, relaciones familiares estrambóticas, esfuerzo, sororidad y amor, mucho amor de todas las formas y colores. Y es que ya no sé qué más decir, me ha parecido brutal.
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