Rubik: Algoritmo perfecto

(ES UN 2.75⭐)

En este libro seguimos con el mismo grupo de amigos del anterior, pero con distintos protagonistas. En esta ocasión conocemos a Emily, una chica que está atrapada en una relación tóxica desde la adolescencia, y a Roy, uno de sus compañeros de piso y buen amigo. Durante las páginas de este libro veremos, entre otras muchas cosas, cómo es la amistad de Emily y Roy, cómo ella logra salir de su relación tóxica y cómo se desarrollan los sentimientos entre ambos.

Antes de nada quiero que tengáis en cuenta que esto es mi opinión y sé y soy consciente que estos libros gustan a muchísima gente.

La trama del libro me parece maravillosa, pero creo que no está bien llevada. Es decir, la idea es buena, pero siento que no se ha llevado de la forma correcta. ¿A qué me refiero con esto? Vemos como la relación tóxica de Emily se disuelve después de X suceso, pero no vemos una recuperación pausada y progresiva, sino que parece recuperada al día siguiente. Hay cosas sinsentido como esta, entre otras, que no me acaban de cuadrar; como comportamientos infantiles, que relacionen la felicidad con el tener pareja, el hecho de que ella vuelva a caer en la dependencia de un hombre (Roy, en este caso)... Y, de nuevo, nos encontramos con mucho cliché y algunos sucesos surrealistas que no han acabado de gustarme.

Aún así, debo apremiar el hecho de que se condena la relación tóxica de Emily con César, basada en el maltrato psicológico y la manipulación. También me ha gustado mucho la relación que tiene el libro con la música. Quiero destacar otra cosita y es que me ENCANTA el significado del título. Creo que el título le viene como anillo al dedo a este libro y me parece precioso. Cuando lo descubráis, en el caso de que os animéis a leer el libro, me vais a dar la razón.

Los personajes me han gustado algo más que los del libro anterior. Emily es una chica que conocemos de dos formas distintas: la Emily reprimida (cuando está con César) y la Emily sin filtro, dicharachera y animada (cuando por fin se libera). Y Roy es un chico de lo más mono, atento, cuerdo y responsable. Creo que son dos personas que se necesitan la una a la ella, pero no de una forma dependiente, sino para sanar sus respectivas heridas. A pesar de Roy haberme encantado, en las últimas páginas ha decaído estrepitosamente.

En cuanto a la pluma de Moruena diré, como en anteriores ocasiones, que me gusta bastante. Es sencilla, fresca y hace que te leas el libro sin darte apenas cuenta.

En resumen, “Rubik: Algoritmo perfecto” es un libro que no ha sido para mí, pero creo que todo amante del cliché romántico disfrutaría. Un libro cargado de amor, amistad, atracción y música.