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Casasola es un hombre que trabajaba en la sección cultural de un periódico: hasta que deciden hacer recortes en varias secciones y se queda sin trabajo. Para seguir en el periódico, le encomiendan encargarse de la sección de nota roja: terreno desconocido, y hasta un poco despreciado, por él. Pero justo cuando empieza a sumergirse en ese mundo, aparecen una serie de asesinatos en hoteles que guían sus reportajes hacia hallazgos inquietantes. Lo primero que pensé al leer el libro fue ¿por qué tardé tanto en leerlo? No desconozco la pluma de Esquinca: ya he leído cuentos y semi biografía, pero me sorprende lo fluida que es, lo mordaz de su pluma. Sabe detenerse en los detalles acertados, describirlos y hacer algún comentario que justifique la mención, que indirectamente enriquezca la historia y refleje la personalidad o ánimo del protagonista. Los personajes secundarios son memorables: muchos de ellos aportan significativamente a la historia. Y entre diálogos fluidos, vemos un poco de la realidad de México, algo de crítica hacia nuestra sociedad. Generalmente, nunca termina de convencerme en los libros cuando hacen una especie de meta-historia: cuando te muestran su fan fiction (Fangirl), su web comic (Eliza and her monsters), podcast (Radio Silence) o cuentos (El cuentacuentos, El mundo de Sofía). Pero déjenme decirles que las notas rojas que escribe y te muestra Casasola son geniales, ya que tiene una pizca de ironía mordaz muy oscura. Novela negra altamente recomendada. |
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