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La trama, tengo que decirlo, es de lo más cliché: Chico malo que se obsesiona con la típica chica buena e inocente, y se propone corromperla, y enseñarle lo mejor del sexo. Random es un hombre que se esconde tras un pasado, y una máscara de frialdad que lo hace parecer un hombre frío, calculador, y sin sentimientos. Disfruta del sexo, y le gusta llevar la iniciativa. Entonces London se cruza en su camino, y queda prendado de ella, más de lo que él quiere reconocer. de ninguna manera admitirá que le importa, pues su relación se basa solo en el sexo por dinero, un dinero que ella necesita urgentemente para salvar a su amiga, metida en una red de prostitución. Desde que sus caminos se cruzan, sus encuentros se convertirán en una especie de “sesiones”, donde Random enseñará a London el arte del placer, sacando el lado atrevido de ella. El final…no es lo que esperaba. La trama sorprende, pero también te deja a medias, con ganas de más. El personaje femenino es una chica normal, natural, y también curiosa, que siente cierta fascinación por Randon desde el primer momento. Pienso que su amiga la manipula a su antojo, y por ello el personaje de Astrid no me ha caído nada bien. Lo mismo me ha pasado con el personaje de Frank, el amigo de Random. A ver, tengo que reconocer que pillé el libro con muchas ganas, y que, a lo largo de la trama, ha habido momentos en los que he desconectado completamente de la historia, y otros en los que me ha enganchado un poco más. Pero tengo que admitir que la historia no me ha dejado completamente satisfecha. Aun así, es un libro entretenido, que te adentra en el mundo de las subastas, del poder, y del placer. |
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