La España que abandonamos

La mayoría de libros ponen en el epicentro de sus historias a las personas, y otros, como es este de Denis Escudero, “La España que abandonamos”, se ocupan de los lugares que estas habitan.

Un libro que narra, a través de una lectura muy amena (a pesar de contener datos y claves que, por otra parte, son muy necesarios para entender todo el contexto y la problemática), el abandono de esos pequeños pueblos de nuestra geografía no solo por parte de sus habitantes, sino también de las instituciones. Pero una de las cosas que más me ha gustado de este ensayo ha sido el hecho de que no se centra, como otros del mismo estilo, en quienes se van y sus motivos, sino en quienes se quedan; un puñado de habitantes que resisten a pesar del aislamiento, del no-avance, o de lo incómodos o problemáticos que puedan resultar para las administraciones.

Conmovedoras historias que nos son desconocidas, muchas veces, porque no interesa escucharlas, porque sus habitantes apenas cuentan, porque lo único que se espera de estas poblaciones es que acaben, finalmente, desapareciendo.

Un viaje de más de dos mil kilómetros plagado de conversaciones, reflexiones y descripciones de lo más realistas, huyendo de la demagogia y la sensiblería, sino mostrando lo que sucede tal cual es, sin dobleces ni cortapisas.

Un libro que no solo habla de causas y consecuencias, sino también de posibles soluciones. Un retrato de la despoblación, pero también de la magia que embarga estos lugares, de la autenticidad de sus habitantes y sus entornos, de las cosas tan extraordinarias que se ocultan en su día a día, muchos de ellos estancados aún en los años cincuenta, que fueron el inicio de esta despoblación masiva.

¿Quién sabe?, quizá con los tiempos convulsos que corren, esta España “abandonada” comience a resultar cada vez más atractiva para las personas que vivimos en las ciudades y se produzca una espantada a la inversa. ¡Todo puede ser!
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