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Creo que este es el libro que más me ha gustado de este autor, y con el que más he reído también. Las situaciones son tan habituales que seguro nos hemos encontrado con más de una en nuestras visitas a los hospitales. Pero no sólo eso, el capítulo estrella, para mi gusto, es el que hace una diferenciación entre “la salud de los hijos de ayer y los niños de hoy”, yo también fui niña medio ciborg, llevaba las rodillas con raspones y me quitaron vegetación y amígdalas ¡madre mía que infancia más dura!!!!. Con el humor que le caracteriza, volvemos al punto de vista de nuestra “Satu”, que, buceando entre contrato basura, consigue sacarnos sonrisas, risas y carcajadas seguras. de lo más recomendable para pasar un buen rato, se lee rápido, tiene ilustraciones y son poco más de 100 páginas. |
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