La primera parte de este libro me encantó. Me parece un alarde continuo de originalidad y fantasía en estado puro. La segunda parte me gustó también, claro, pero no la disfruté tanto como la primera. He de añadir que el desdoble de color entre el verde y el rojo me pareció sencillamente encantador, contribuyendo a hacer del libro una obra más mágica si cabe. Uno de esos libros que hay que leer, irremediablemente. |