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La historia esta dividida en dos partes: la salvación de Fanstasía (las 150 primeras páginas) y el viaje personal de Bastian (el resto). Reconozco y respeto la intención del autor en la construcción del personaje de Bastian; pero eso no quita que quisiera zarandearlo en algunos momento. A veces muy niño, otras muy adulto. Sus valores van cambiando a lo largo de la novela y eso es lo que hizo que nos reconciliáramos y acabara queriendo ir a abrazarle. La historia es buena y creo que si lo hubiera leído más pequeña se hubiera convertido en uno de mis favoritos. La concepción de Fantasía me encanta; el funcionamiento de sus puntos cardinales, me apasiona; y entiendo por qué las criaturas que crea han influenciado muchas obras posteriores. Pero, la representación femenina en esta novela es escasa y casi siempre se plantea en dos papeles: manipuladora y madre. He de decir que eso me ha enfadado bastante. Romperé una lanza a su favor, pues se publicó en 1979 y su autor había nacido en 1929. Para acabar decir que, para mi, hay una gran línea roja en la relación de Bastian (10 años) y su padre. No quiero hacer spoilers; pero quiero dejar una cosa clara: los niños no son responsables de los adultos, ni deben cuidarlos, no deben darles una razón para vivir. Los adultos y, sobre todo, los padres han decidido traer a los niños a este mundo. Es su responsabilidad hacerles sentir amados y cuidados. Todos nos merecemos que nos quieran por el mero hecho de existir. |
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