Es una novela semi autobiográfica dónde conoceremos a Adah. Una niña inquieta, que tan sólo quiere ir a la escuela y aprender. Algo que no se le permite a las mujeres en la tribu Igbo pero ella no es como las demás. Se niega a cumplir los roles a los que está sometida. Ella no está hecha para vivir de acuerdo con las reglas establecidas. Quiere dejar su pueblo e irse a Reino Unido para seguir formándose. Pero no va a tener las cosas fáciles. Tendrá que sobrevivir y enfrentarse a múltiples desafíos emocionales. Para empezar es considerada "ciudadana de segunda" Y además por partida doble. Pues es mujer y negra. Adah luchará contracorriente para demostrar que puede hacer algo más a parte de cuidar de su hogar y tener hijos. Intentará avanzar en la sociedad aunque lo tendrá muy complicado. Veremos la cruda realidad y la dureza de la emigración de Adah desde Nigeria a Londres. Empezando por encontrar una vivienda de alquiler que no tenga un cartel colgado diciendo "No se admiten personas de color. Disculpen las molestias" Sin duda es una historia de superación y de valentía. Me he encontrado con un personaje potente, humano, ingenuo, integro y honesto. Va ser difícil olvidar a Adah. Mujer luchadora, trabajadora y tenaz. Con un matrimonio infeliz. Perteneciente a un marido excéntrico, vago y abusivo. La prosa es simple, sencilla, directa y demoledora. La historia es brillante pero también desgarradora. Y duele. Duele mucho. Ésta historia me ha afectado y me ha roto el corazón. La pega que le pongo es que es una pena que con todo lo que me ha hecho sentir se me haya quedado descolgada. A mi parecer, le falta un final. He sentido que se me ha quedado incompleta. Me ha faltado más. |