Escalamos la colina como en un sueño; cada una de las cosas relacionadas con esta carrera me parece confusa y envuelta en brumas. Y de pronto, surgiendo de la sombra, por encima del paisaje, como un monstruo terrorífico en una pesadilla… Algonquin Prison. Hasta ahora no había comprendido que cosas inanimadas, como la piedra o el acero, pudiesen ocasionar una impresión de espanto.
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