Los Fascinadores

Los Fascinadores es una historia de fantasía urbana que tiene lugar en un pequeño pueblo de Georgia, donde existe gente con la capacidad de hacer magia. Aunque es algo que ha empezado a normalizarse, algunas personas consideran que la gente capaz de hacer magia son hijos del demonio. Básicamente lo mismo que pasa con el colectivo LGTB. Sam crea un club en su instituto llamado Los Fascinadores para poder practicar magia con sus amigos Delia y James, con el fin de participar en las competiciones.

El trío de amigos siempre ha estado muy unido, pero en este último año de instituto cada uno tiene sus propias preocupaciones: Sam siempre ha estado enamorado de James, pero nunca se ha atrevido a decirle nada por temor a romper su amistad. Por si fuera poco, Denver, un chico nuevo del instituto que quiere unirse al club, también se muestra interesado por Sam. Delia por su parte, estudia como loca con la esperanza de conseguir una beca para la Pináculo (una especie de universidad para magos) y James, quién tiene una situación familiar delicada, vive preocupado por su hermano pequeño. Además, se ha metido en un lío muy gordo que pondrá en peligro al resto de los Fascinadores: ha robado un libro de magia a una especie de secta de gente mágica que piensa que su poder proviene de los ángeles.

La historia está contada desde diferentes puntos de vista, aunque el grueso de los capítulos corresponde a Sam. Quizás en este aspecto me hubiera gustado ver un poco más de equilibrio porque si bien llegas a conocer perfectamente a Sam (llegando a veces a resultar repetitivos sus celos e inseguridades con respecto a James), apenas llegas a conocer del todo al resto de protagonistas. Te quedas en la superficie. Y aunque el final me ha gustado y me ha parecido de lo más lógico, me ha dado la sensación de que falta información y de que es un tanto abierto, aunque en principio se trata de una historia autoconclusiva.