Cuando ya no sea yo

A Carme Elias le diagnosticaron Alzheimer hace tres años, un diagnóstico que fue muy impactante pero al mismo tiempo un alivio, porque le puso nombre a síntomas que llevaban algunos años con ella. Este libro es un testimonio real que comparte con sus lectores, mezcla de memorias y testimonio personal.

Desde que Planeta anunció la publicación de este libro quise leerlo. Intuía que no seria una travesía ligera, ni cómoda, y me ha sorprendido la serenidad que destilan sus páginas. En ellas se mezcla la dureza del relato con algunos toques de humor, una experiencia de vida contada en primera persona: "A mi amigo al no se le nota. No es ruidoso y no duele (...). Es muy discreto". Pero también es devastador, se lleva poco a poco los recuerdos y es complicado de aceptar: "Lloré mucho y sigo llorando (...). Echar lágrimas fuera es como tirar las malas hierbas para después seguir".

Carme se expone, relata hechos pasados de su exitosa carrera profesional, pero también nos describe la aparición de los primeros síntomas y cómo se siente: "Sólo intento narrar cómo es ese miedo aterrador que te despoja de tu ser".

Esta es, sin duda, una lectura complicada, porque además remueve algunos recuerdos no muy lejanos. Una lectura que aún así he disfrutado mucho: sus páginas destilan humanidad, sinceridad y sencillez. Un testimonio muy valioso, sin duda, que además le ha servido a Carme para sacar fuera sentimientos dolorosos. El poder y la magia de la palabra y la escritura que, en situaciones así, son la mejor de las terapias.