Supersaurio

¡DIRECTO A LA LISTA DE MIS LIBROS FAVORITOS! Si, así de contundente. La escritora nos mete un golpe de realidad a través de la prota, Meryem o Maryam o Mary, que no me ha quedado claro, alguien con quien todo joven de entre 25 y 35 años nos vamos a sentir totalmente identificados, aún más si sois de Canarias. Temas de actualidad de los que muchas veces no queremos hablar, o peor aún, que los hemos asumido como normales. Una precariedad en todos los sentidos y otros problemas, que decidimos marcar como lo normal, y mejor no hacerse mala sangre y unirnos al sistema.

En forma de diario, Meryem (la prota) desnuda su cabeza al lector. Nos metemos de lleno en sus pensamientos y en sus decisiones, en sus relaciones, en sus miedos y sus sueños. Y la forma de contarnos todo eso, la hace una prota de las que se quedan con el lector mucho después de haber terminado el libro. Y ese diario se alterna con pequeños relatos “facfiction” que la prota publica en la web y nos los regala también a nosotros.

En conclusión, libro que no puedo dejar de recomendar. Me ha hecho pensar, reír y reflexionar. Porque si bien nos ha dejado entrar en la mente de la protagonista, también nos hace entrar en nuestra mente y en nuestros pensamientos, que tanto se asemejan a la protagonista. Con una historia y un estilo sencillo, consigue llegar y de qué manera. de diez.

Frases destacadas.

“Cuando eres pequeño un adulto te escoge a ti, solo a ti, se pone a tu altura y te pregunta: “Ay, a ver, ¿y tú que quieres ser de mayor?”. Lo que quiere saber es de qué vas a trabajar, lo que tú quieras se la suda. Desde que ponemos un pie en el colegio hasta que terminas el instituto creyéndote que ya se ha acabado lo duro y que has cumplido con tu parte, durante todo ese tiempo, las decisiones que tomas están enfocadas a lo mismo: averiguar que harás con tu vida”.

“Mi teoría es la siguiente: el amor y el odio son exactamente lo mismo. No son complementarios. No son las dos caras de una moneda. No existe una difusa, delgada, apenas visible línea que los separe. Son el mismo elemento en distintos estados: uno es líquido, el otro es sólido. El amor fluye, el odio se atasca. La única diferencia radica en lo siguiente: puedes hablar abiertamente de querer a otra persona, pero no de odiarla”.

“Poca gente recuerda un buen gesto, pero nadie olvida uno malo”.

“Una vez comienzas a acercarte a la treintena hay una parte de ti que se apaga de forma paulatina. No eres capaz de determinar cuándo comenzaste a ser otra persona, pero sabes que has cambiado. Dejas de entender a los adolescentes y tu móvil se convierte en tu enemigo. El fueguito que se te enciende de joven se empieza a apagar. Te haces adulto, te vuelves gris. Solo es una teoría”.

“El capitalismo es un sistema enfermo que te agota y te chupa la vida hasta dejarte majareta o peor, hasta que te convence de que esta es la única forma en la que puedes vivir, ¡el defecto lo tienes tú, que no te estás esforzando lo suficiente!”.

“Cuando siento un acceso súbito de optimismo me meto en la web de Idealista y me relajo”.

“Para mí, crecer era la idea de disfrutar de mi independencia, de mi trabajo y de mi dinero, pero en realidad consiste en pensar continuamente en la ropa que tengo que lavar y planchar, en esa lechuga ya pocha que lleva dos semanas olvidadas en la nevera, en cómo seguir evitando a mis caseros porque temo que quieran subirme el alquiler”.