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“Nadie salva a las rosas” ha sido una historia completamente distinta a la que me esperaba, pero no por ello menos disfrutable. Es más, diría que ha sido incluso más impactante. Es una novela negra, que no thriller, con un marcado componente de crítica social acerca de la hipocresía de nuestra sociedad, tocando temas como la inmigración ilegal, la transexualidad, el amor, la amistad o la familia. Rihanna, una mujer transexual de Marruecos, es brutalmente asesinada en Barcelona. Ante los escasos avances de la investigación policial, Yusuf, educador social del centro de acogida en el que recaló Rihanna a su llegada a Barcelona años atrás, y Marina, su compañera de piso, iniciarán una investigación paralela para tratar de esclarecer qué le ocurrió. La historia que cuenta la novela es muy dura y el autor la narra en toda su crudeza. Nos lleva a un mundo turbio y oscuro en el que, a la hora de investigar, hay víctimas de primera y segunda categoría, ya sea por su clase social, su raza o su orientación sexual; en el que se trata de invisibilizar a ciertos colectivos para que “no molesten”, ya que sigue imperando la creencia de que “lo que no se ve, no existe”; en el que todo el mundo es solidario y hay muy buenas intenciones, pero a la hora de la verdad, los prejuicios siguen existiendo y el aceptar la diversidad en la sociedad sigue siendo una quimera; en el que la precariedad y la escasez de recursos por parte de la administración hacen prácticamente imposible dar esa ayuda que tanto necesitan los que llegan arriesgándolo todo, muchas veces a cambio de nada. Rihanna es un misterio. Su muerte descoloca a todos aquellos que la conocían. La investigación policial quedará en un segundo plano, porque lo verdaderamente interesante es descubrir quién era Rihanna realmente. Esa cara que ocultaba, incluso a los que tenía más cerca, será revelada al lector a través de capítulos en los que, a modo de flashback, conoceremos su historia desde su infancia en Marruecos. A pesar de fallecer en las primeras páginas, su personaje es el verdadero alma de la historia. “Nadie salva a la rosas” es una novela de personajes. Conocer sus historias, sus sentimientos, sus emociones, el cómo les ha afectado internamente lo ocurrido con Rihanna, prima sobre el desarrollo de una investigación policial vertiginosa, lo que hace que la historia tenga un ritmo más pausado. Aún así, estuve dentro de la historia en todo momento ya que, tristemente, los hechos que relata siguen siendo una realidad muy presente hoy en día. Los personajes están bien definidos, especialmente Yusuf, un hombre complejo lleno de contradicciones, que ha visto cómo sus ideales se tambaleaban por culpa del tiempo y la sociedad. Me ha gustado que el autor no sé limitase a señalar la discriminación sufrida en nuestro país, sino también aquella que sufre el personaje de Rihanna en Marruecos, tanto por la sociedad, como por su propia familia, que no puede aceptar que trate de romper con la tradición impuesta. La novela te hará reflexionar acerca de la inmigración ilegal, al mostrar que cada una de esas personas que llegan a nuestro país en busca de una vida mejor no son una simple cifra, sino seres humanos con una vida, una familia y una historia detrás, mostrándote las múltiples dificultades a las que se tienen que enfrentar al llegar, pasando muchas veces de centro de acogida en centro de acogida, sin llegar a encontrar nunca su lugar, no ya por decisión propia, sino por cómo está organizado el sistema. Muy buena opción si queréis una novela que os haga pensar al mismo tiempo que cuenta una historia que os mantendrá enganchados. |
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