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Tiempo después de terminar la trilogía, compruebo que son libros que sigo teniendo rondando en mi cabeza. Siento una sensación agridulce porque el final fue totalmente épico, con todos luchando, y Raffe y los Vigilantes y las bestias y... bueno, todo lo que pasó. Pero también me da tristeza que haya terminado, me faltó saber más de la historia. Como se está haciendo costumbre, resumiré mis pensamientos en una lista no muy organizada para no caer en spoilers: —La trama toma rumbos que no esperaba. Aunque el romance toma un poco más de importancia que antes, no es lo principal de la historia, para nada como me temía; me gusta cómo se resuelve, es coherente y bonito. —Toda esta política de los ángeles es muy interesante, su forma de actuar a veces tan similar a la humana y otras tan distinta. —Me encanta el personaje de Beliel. Por un lado, no puedes evitar odiarlo un poco por las cosas malas que ha hecho, pero luego ves su versión joven y esperanzada que se quedó sola en el mundo, y el papel que juegan Raffe y la propia Penryn en eso, y sientes pena por él. Uno de esos personajes malos pero con trasfondo, moralmente grises, como me gusta llamarlos. —El concepto de la Fosa, las sombras y su comparación con el mundo humano me hace estremecerme y odiar un poco más a los ángeles como raza en general. Y a los humanos también, porque no nos diferenciamos tanto de ellos. —Me parece que quedan algunas preguntas sin respuestas y ciertos aspectos de la trama que tienen mucho potencial sin ser explotados. A veces me parece que la autora se detiene en algunas cosas no tan relevantes mientras que podría haber desarrollado más el mundo. Pero eso no quita que siempre haya la dosis de acción necesaria para mantenerte pegado a sus páginas. —Algo que me he dado cuenta luego de leerlo es lo bien que retrata a la humanidad en general. Lo violentos y salvajes que podemos ser, pero a la vez ese lado que nos hace humanos: el sentir, el creer, el tomar la vida como una experiencia, el ayudar al otro. Uno de los temas importantes que se tocan sutilmente es el materialismo y cómo ciertas cosas como un auto de lujo y el dinero pierden validez por completo cuando las cosas se descontrolan. Entonces, por más que queremos aferrarnos a esos bienes materiales hasta el último momento, al final terminamos dejándolos atrás porque oh, sorpresa, no eran tan necesarios ni tan importantes para nuestra supervivencia como creíamos. O tal vez solo soy yo sobrepensando las cosas. En resumen, El fin de los tiempos ha sido una épica conclusión para una de las que se ha convertido en mis trilogías favoritas. Si bien este libro me decepcionó en algunos aspectos y no alcanzó la genialidad del primero, supo dar un buen cierre a la historia, con grandes dosis de acción y pequeños toques de romance. |
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