Los vecinos de lady Chester

Lord Chester tiene que irse de Londres por un tiempo para poder realizar una misión diplomática en Alemania. Su joven y bella esposa, Blanche, tiene que quedarse todo ese tiempo sola y lo pasará con su hermana solterona, Aileen. La casa es una alquilada en Dulham, a las afueras de la ciudad, por recomendación tanto de su médico como de su tía Sarah. La casa es un adosado, por lo que tendrá vecinos, algo que en un principio molesta a Lady Chester. Para colmo, los Hopkinson son de una clase inferior. Pero las ideas preconcebidas de Blanche se irán al traste pronto.

En esta historia vamos a tener como protagonista a Blanche. Esta es una joven perteneciente a la aristocracia, muy quisquillosa y demasiado dramática, pero demasiado. Y es ese dramatismo el primer toque de humor de la novela. Esta es la que tiene una mayor evolución. Pero no es la única, pues es una novela muy coral y con muchos personajes. Tenemos a la señora Hopkinson. Es una mujer natural y campechana, con un instinto maternal muy marcado y muy amistosa. Es un personaje muy dulce y entrañable. Todos estos están perfectamente descritos y reflejados, pese a la brevedad de la novela. También me ha gustado bastante esa amistad "extraña" de dos familias de clases sociales muy diferentes (en esa época se esforzaban mucho para que cada clase se relacionara con la suya).

Hacía tiempo que no leía un clásico, y más del realismo inglés, y he podido disfrutar tanto, o más, que cuando leía a Brontë o a Austen. Se trata de una novela encantadora y emotiva, con toques de humor (muy humor inglés, pero es simpático). La narración de la autora me ha llamado mucho la atención, si la comparamos con las de otros autores dela época. Es una prosa ligera, que no abusa de las descripciones, que sabe captar la atención del autor y de meterle en la trama por completo. Esta también tiene un ritmo excelente, bebiéndose la historia casi del tirón, pues es bastante entretenida.
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